Apocalipsis, el camino del conocimiento (15)

1.- "Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles que tenían siete plagas, las postre-ras porque con ellas se consuma la ira de Dios. Vi como un mar de vidrio mezclado de fuego, y a los vencedores de la bestia, y de su imagen y del número de su nombre, que estaban en pie sobre el mar de cristal y tenían las cítaras de Dios, y cantaban el cántigo de Moisés, siervo de Dios, y el cántigo del Cordero, diciendo: "¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso! ¡Justos y verdadero son tus caminos, oh Rey de los siglos! ¿Quién no te temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque tú sólo eres Santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, pues tus juicios han sido manifestados". (sigue)

Después de esto, vi como se abría el cielo y de la tienda del Testimonio salieron 7 ángeles portadores de 7 plagas, vestidos de lino puro, brillante, y ceñidos los pechos con cinturones de oro. Uno de los cuatro vivientes dio a los 7 ángeles 7 copas de oro llenas de la cólera de Dios que vive por los siglos de los siglos. Se llenó el templo de humo de la gloria de Dios y de su poder, y nadie podía entrar en el Templo hasta que se hubiesen consumado las 7 plagas de los 7 ángeles. (Apocalipsis XV, 1-8).

2.- En el capítulo anterior nos interrogábamos sobre la eternidad del Mal, es decir, sobre la posibili-dad de que las energías desperdiciadas actuaran como motor de una Creación en la que los Valo-res Divinos se encontraran invertidos; la posibilidad de que esos Desperdicios generaran a su vez nuevas energías y que el mundo siguiera girando en un círculo vicioso. Aquí Juan responde a ese interrogante al informarnos de esa señal grande y maravillosa que aparece en el cielo. Aparecen los 7 Ángeles que rigen los 7 Séfiras que trabajan en los días de la semana, portadores de 7 plagas con las que se consume la Ira de Dios.

3.- Terminar con la Ira divina significa dar solución definitiva al problema de los Desperdicios. Una de las normas de los montañeros, cuando van de excursión, es la de no dejar residuos, quemando los desperdicios de la comida. La sociedad ha conseguido igualmente eliminar la basura, gracias a esos hornos crematorios que la reducen a cenizas. O sea, la eliminación de las escorias es algo previsto en la dinámica de la Creación. Debemos interpretar pues la expresión Eterna Humareda, que levantarán los adoradores de la Bestia, en términos relativos, como suele entenderse cuando decimos: Esto va a durar una eternidad, o: se va a prolongar por los siglos de los siglos. Eterno significa: por un tiempo indefinido; por un tiempo que no puede ser contado porque todo depende de las reacciones que se vayan produciendo en el curso de la acción. Incluso cuando se dice que Dios es eterno, que es el Ser que ha existido, existe y existirá, no puede interpretarse esa expresión como la de un Ser que poseyera cualidades permanentes e inmutables, puesto que, como sabemos, Dios evoluciona, como todo evoluciona en el universo, y la Oleada Divina se retira progresivamente de sus funciones para asumir otras más elevadas, y si nosotros nos movemos hacia Él, Él se mueve hacia el Ser Supremo, entrando progresivamente en esferas más amplias, donde las posibilidades creativas son más extensas.

4.- Las 7 plagas de esos Ángeles que aparecen en el cielo en la hora Heith-Samekh se disponen a liquidar la Ira de Dios.
Ya hemos visto que en el Apocalipsis las letras fuerzas actúan en marcha atrás, en dirección a la Unidad Primordial, de modo que este capítulo 15 está presidido por el Heith, que es la quinceava letra empezando por el Tav. Pero también la letra Samekh, la 15, tiene jurisdicción, por llevar este capítulo su número de orden.
La letra Heith aparece en el Tarot bajo el emblema de la Justicia, y si en su camino de descenso, el Heith establece la Ley en el mundo de los Sentimientos, los juzga y da a cada uno su merecido, después de que éstos se hayan manifestado libremente en el Zain, evitando que la desmesura del mundo emocional genere monstruos en el mundo físico, en su camino de Retorno a la Unidad, el Heith impide que los errores del mundo físico suban a los mundos superiores. En su trayecto de bajada, el Heith, a través de Mercurio-Hod, el Séfira que administra su Fuerza, establece las 7 re-glas que han de permitir el funcionamiento de las cosas. En su trayecto de subida, arroja al mundo de abajo las 7 plagas que lo exterminan definitivamente.
En cuanto al Samekh, que aparece en el Tarot bajo el emblema del Diablo, es un Vav en su 2º ciclo tal como lo vemos en la tabla de letras hebraicas; el ciclo en el que los valores a aparecen inverti-dos. El Samekh ilumina desde abajo, realizando el trabajo que el Vav no ha podido efectuar y con-duce a los individuos a la sinagoga de Satán, según expresión de Jesús. Salir de la prisión del Samekh, situarse fuera de la Sinagoga, es una de las más exaltantes tareas humanas. Pero no esta-mos ahora en ese tema. Lo que aquí queremos decir es que si un Samekh boca abajo inocula al hombre la luz negra de Satán, un Samekh boca arriba arranca al individuo de su dependencia del Abismo y lo sitúa en el mundo de Arriba.

5.- La Ira de Dios será consumida con las 7 plagas, o sea, desaparecerá la columna de la izquierda, por la que circula esa Ira. Si desaparece la dualidad en el nuevo universo, es lógico que desaparez-can las cualidades negativas que esa dualidad ha generado. El relato de Juan sitúa el Hombre en la 5ª Ronda preparándose para entrar en la 6ª, que se desarrollará en el Mundo de los Deseos, en el que las 2 columnas desaparecen y sólo subsiste la columna central. En el Mundo de los Deseos, que será el del 6º Día y el de la 6ª Ronda de ese 4º Día, Dios-Ego reinará sin oposición.
Ya vimos en nuestro 1er Curso como la oposición se había generado. Nació del deseo de una cate-goría de seres de conservar sus privilegios y su luz, y no sacrificarla en aras a la expansión de una Obra Divina que ellos juzgaban innecesaria. Podríamos decir que el Mal surgió de un excesivo amor hacia la propia divinidad interna, cuando lo que exigía esa divinidad era el olvido de sí misma y su exteriorización en mundos inferiores. Es evidente que cuando la divinidad Repliega sus Universos, enrollándolos hacia Sí Misma, ya no tiene objeto una Oposición. En el 5º Día y sucesivos, como en la 5ª Ronda, ya no se generará disidencia alguna y el único problema consistirá en ver la solución que se da a la disidencia generada en etapas anteriores.
Precisemos que Disidentes no es lo mismo que Retardados. Los que se van despegando de su Oleada de Vida porque no pueden seguir el ritmo de evolución, ésos van entrando bajo la depen-dencia de Leyes activas en la naturaleza y dejan de recibir de sus Egos los impulsos energéticos que son inoculados a los pioneros de la Oleada y, al no derramar unas energías que no tienen, tampoco son activados por las Bestias. Ya no hay en ellos una Voluntad individual y son tomados en tutelaje por Entidades especializadas en ese tipo de Trabajos.
Los Disidentes de una Oleada de Vida Humana son aquellos cuya Voluntad está activa, pero, inca-paces de moverla con los impulsos que les vienen de arriba, es alimentada con los recursos de abajo, que la convierten en Voluntad de Catástrofe, productora a su vez del Vino del Furor. Esos Disidentes deben ser integrados al universo unitario y, para ello, gozarán de todo tipo de privilegios, como la aparición en mitad de su cielo, sin que lo hayan solicitado, de ese Ángel Anunciador que vimos en el pasado capítulo. Si todo eso no da resultado, los Ángeles de las 7 plagas derramarán sobre ellos, en una concentración de tiempo muy densa, las consecuencias de su maldad.
El hombre ordinario dispone de muchas vidas para ir liquidando el karma que en las primeras en-carnaciones ha ido contrayendo. El hombre espiritualmente despierto, solicita que se le concentre el karma en una sola existencia para liquidarlo de una vez. Ese hombre de la sociedad de la Bestia, en el periodo terminal, recibirá toneladas de karma porque ya no queda tiempo para administrárselo a pequeñas dosis. Y entonces, una de dos, o bien pedirá a gritos la gracia y reanudará sus relaciones con su Ego, o bien desaparecerá como entidad, porque en el nuevo mundo hay espacio para los Retardados, pero no para los Disidentes.

6.- Al anunciarse en el cielo -en el cielo interno de esos que van a recibir las 7 plagas, puesto que Juan rinde testimonio desde la naturaleza interna de esos atribulados de la última hora-, al anun-ciarse los Ángeles con las plagas, un grupo de Vencedores asciende a ese Mar de Vidrio y Fuego que aparece ante la mirada de Juan. Han vencido a la Bestia y subidos al Mar de Cristal, se dispo-nen a cantar.
Esa plataforma etérica que Juan ve como un Mar de Cristal es esa tierra transparente en la que se moverá la humanidad de ese período, formada por una capa de Éter más puro que la franja inferior, en la que vivirán los marcados por la Bestia, mientras esa franja subsista.
Algunos de los marcados por la Bestia verán la señal y ante la inminencia de la postrera catástrofe subirán al Mar de Cristal. Allí encontrarán las cítaras de Dios, o sea, dispondrán de los instrumentos necesarios para iniciar el concierto, señal inequívoca de que ya conocen el arte musical. Ciertamen-te, en ese mundo de la Bestia hay músicos que se ignoran; gentes que poseen todas las disposiciones para expresar la armonía del universo, pero no ejercen. Ejercer las virtudes es lo que importa, o sea, que pasen a la fase Vav. Pero si se encuentran en la fase He, siempre están a punto para ser ejercidas y pueden encontrarse de un momento a otro las cítaras de Dios.

7.- Cantaban el cántigo de Moisés y del Cordero, dice Juan. Moisés es el revelador de las leyes de Jehová. El Cordero es un título que recibió Cristo al penetrar por la puerta de Aries. Es el cántigo que entonan los recién llegados a la esfera del Mar de Cristal armoniza ambos universos, el de Bi-nah-Jehová y el de Cristo-Hochmah, o sea, el mundo de las leyes, de los reglamentos, de la ciencia, la lógica, la razón, con el otro mundo, ése en el cual las cosas Son y se Conocen sin necesidad de explicar las, sin necesidad de estudios. Así se manifiesta nosotros ese Mundo de los Deseos que es la patria de Cristo. Cuando sentimos apetencia por un objeto, cuando sentimos amor hacia una persona, todas las razones y los análisis se quiebran contra ese sentimiento que Es y no puede desvirtuar un estudio sobre si, en otros aspectos, es horno conveniente, es uno útil.
Sabemos que los Sentidos son un don de Hochmah, el Séfira que rige el Mundo de los Deseos, que es por excelencia el mundo del Amor, el mundo del Agua. Los Sentidos son alimentados por el Éter Luminoso, y de esa función se encarga Netzah, que Hochmah ha colocado en la parte baja de su columna. Los sentidos son pues los instrumentos mediante los cuales el Cordero Divino instruye al Hombre. A través de ellos Vemos, Oímos, Olfateamos, Palpamos, Gustamos. Es cierto que la etapa evolutiva nos han inducido a menudo en error, porque al tomar como única realidad la que teníamos delante, el mundo material hacia cual íbamos proyectados como bólidos, lo hemos amado por encima de todo, cuando nuestros sentidos nos lo han revelado. Pero esto constituye precisamente la muestra del formidable poder de los Sentidos para descubrir la Verdad. Cuando volvamos respaldar mundo material, y más aún cuando ese mundo haya desaparecido y los Sentidos enfoquen el mundo de Arriba, su perfil nos entrará con tanta fuerza, que no será necesaria la asistencia de la Razón para tener un Conocimiento de ese mundo. Hay personas que lamentan el que su interés por lo espiritual les quite los pequeños placeres que les procura lo mundano. Esto sucede cuando los Sentidos cambian de orientación, cuando dejan de enfocar el mundo de abajo, pero no han proyectado aún sus focos en el de arriba, ya que cuando esto suceda, descubrirá los placeres, mucho más vivos y permanentes, que contiene ese otro mundo. En la esfera de los Deseos, el placer de Ver es algo que sólo los que han Visto allí pueden comprender, porque es imposible describir con palabras todas las emociones que se experimentan al contemplar los paisajes de ése mundo y ver las formas y los colores cambian al ritmo de la actividad emotiva de sus habitantes. Sólo el calidoscopio puede expresar, en un tamaño reducido, la realidad de esos cambios.
El placer de Oír encontrará su plena expresión en el Mundo del pensamiento, ya que el Mundo del Deseo, como hemos dicho algunas veces, es el mundo del silencio. Las palabras se inscriben en nuestro fuero interno y nos aparecen como en la pantalla de un ordenador. Sin embargo, esa comu-nicación, la percibimos allí como una melodía y pueden darnos una idea del placer que produce, el placer que experimentamos cuando alguien nos susurra al oído unas palabras tiernas, dejando que su aliento penetre nuestra oreja.
El perfume de ese Mundo embelesa y deleita, produce una intensa satisfacción y ninguno de los placeres que experimentamos en la tierra puede ser comparado a la exaltación producida por las inhalaciones de la materia de esa esfera. En cuanto al Tacto y al Gusto, percibimos el sabor y la forma en nosotros mismos. Cuando varias personas en afinidad se juntan para vivir en común de-terminadas experiencias forman como una granada, en la cual cada grano es un individuo ungido a un Colectivo que los engloba a todos y se siente vivir en el interior de cada uno, y no el placer más alto que el de estar unos dentro de otros, sintiendo esa solidaridad, ese don de sí en los demás, y de los demás en lo mismo.
Sabemos que en ese Mundo, los hombres que han muerto en su cuerpo físico viven centenares de años, hasta que deciden poner fin a sus experiencias y pasar al Mundo del Pensamiento. Con lo que acabamos de apuntar será más fácil comprender porque permanece en tanto tiempo y.

8.- El mundo de la Razón y de las Leyes instauradas por Jehová, arranca del nivel inferior, pero ha de conducirnos aún punto más elevado. Kether, al comenzar su Obra, distribuye sus poderes a Hochmah y Binah. Al primero le dio su Gracia, su Amor, y diría después: Este es mi Hijo bienamado, en quien he depositado mi confianza. Pero toda Creación comporta una Necesidad y Binah-Jehová se encargó de expresarla a través de la Ley, y la Razón fue instituida para poder descubrir esa Ley y aplicarla.
La Razón es la puerta baja de la Espiritualidad, hemos dicho algunas veces, es el Judas que trai-ciona, Sacrificando el Designio Divino de manera que derrame su sustancia sobre la Tierra Humana y ésta pueda integrarse de la espiritualidad. La Razón es pues la fuerza que los conduce al Sacrifi-cio, y es por ella que un día sentiremos la Necesidad Imperiosa de crear un universo como el Dios de nuestro sistema solar la sintiera un día. Cuando la Razón impera, siempre el hombre acaba di-ciéndose que tiene que hacer algo, que debe ir más allá de donde se encuentra, y así vemos como en el mundo, mientras los hombres-agua, los que viven sus experiencias sumergidos en los signos de Agua, sólo están atentos al espectáculo que les ofrecen sus Sentidos, evolucionados o no, el hombre-aire es el que actúa, el que mueve las cosas. Juntad un apacible millonario Tauro con un razonable Géminis y veréis como el segundo convence al primero de soltar sus millones para "hacer algo". La Razón necesita mover las cosas, como las mueve el Aire, a veces suavemente, bajo su aspecto de Brisa; otras veces las sacude violentamente, bajo su aspecto Huracán.

9.- Cuando Razón y Sentidos se integran en un mismo Cántigo; cuando Binah-Jehová y Hochmah-Cristo cantan unidos, podríamos decir, es señal de que el Hombre se está convirtiendo en Divinidad, y es una garantía de que cuando tengamos las riendas del universo, no nos dedicaremos a gozar de nuestras prerrogativas, si no que seremos capaces de sacrificar los placeres divinos para crear nuevos mundos, para "hacer algo", como dice el Hombre-Aire de hoy. Es una garantía de que no seremos pusilánimes a la hora del Amor y que amaremos tanto nuestras criaturas que seremos capaces de darles a beber el Vino del Furor, si es necesario para que puedan reconocer el Camino que ha de conducirlos al club de los creadores de universos. El objetivo supremo, en el período que estamos viviendo, es conseguir que en nuestra naturaleza interna estalle ese doble canto; que el hombre de Razón y el hombre de Sentidos que hay en nosotros, sintonice de tal manera, que lo que haga el uno sea la nota que permita manifestarse radiantemente al otro.

10.- Nuestra casualidad que este doble cántigo suene en la hora final, cuando aparecen en el cielo -en nuestro cielo interno- los 7 Ángeles anunciadores de las postreras plagas. No es casual que esos cantores de la última hora sean los que han bebido en la Copa de la Ira el Vino del Furor, porque ya sabemos que los últimos serán los primeros, y siempre sucede que los más fervorosos partidarios de algo son aquellos que han combatido ese algo hasta unos momentos antes. Ejemplo de esto lo tenemos en Pablo, el más brillante apóstol del cristianismo, que cambió de rumbo en el Camino de Damasco, cuando iba combatirlo.
Los que han permanecido hasta el final en el mundo de la Razón que se va a pique son, obviamen-te, los que más convencidos están de que todo aquello era justo; son los más expertos en Leyes, Reglamentos, Decretos..., los que más saben de Organización. Ya que, entendámoslo bien: aunque ese mundo en perdición sea alimentado por los Desperdicios que administran los de abajo, el obje-tivo es el mismo: Conocer las leyes del mundo. Lo único que cambia en los de abajo es el método para suministrar ese conocimiento. Otra cosa es cuando hay en nosotros una Voluntad de enfren-tamiento con el Orden Divino, y suscitamos con ello la aparición en nuestra naturaleza interna de fuerzas adecuadas para mantener vivo el Enfrentamiento. Si esa Voluntad persiste, tal como vimos en el capítulo anterior, no nos quedará otra alternativa que la destrucción.
Si los más expertos en Organización reconocen, en un sobresalto final, la validez de la dinámica del otro mundo, es evidente que su capacidad razonadora les dirá inmediatamente como utilizar los recursos del mundo que viene para sacar de ellos el máximo provecho. Se convertirán en los Expertos y gracias a su acción, el contenido de ese mundo se difundirá. Así vimos como Pablo, el enemigo de Cristo, fue el más formidable difusor de su Reino.

11.- Razón y Difusión o Exteriorización, vienen a significar una misma cosa, y así vemos como en el Zodíaco los signos de Aire abren su puerta por Libra, cuyas fuerzas tratan de reconstruir la unidad primordial, ya que nada puede hacerse mientras el hombre no sea más que la mitad de sí mismo, y finalizan su actuación en Géminis, que es el signo de la Difusión, el que tiene bajo su mando la prensa, la radio, la televisión, la imprenta, librería, transportes. Los que han estado en la sociedad de la Bestia hasta los últimos minutos son pues formidables difusores, y de ellos aprenderán los que, habiendo sido fieles al Cordero desde el comienzo de su actuación, han descuidado las enseñanzas dispensadas por Jehová- Binah y, si bien Conocen las cosas, los son Expertos en su utilización. Hay que saber cantar en los dos tonos, en el de Moisés y en el del Cordero, para luego hacer de esos Cántigo os uno sólo, armonizando las notas de ambos. Los que han aprendido esa doble melodía y la interpretan en su actuación diaria, convirtiendo cada nota en un gesto, en un pensamiento, en un sentimiento, ésos serán los que abrirán el proceso de la Creación en la nueva esfera, la del 6º Día y en la 6ª Ronda de la presente Temporada.

12.- ¡Grandes maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso!, claman los cantores, reconociendo de pronto aquello que tanto empeño pusieron en negar ya que el Dios Todopoderoso es el que se expresa por el costado derecho, el que lleva consigo las energías creadoras que contienen el Poder de crearlo todo. El Dios de la izquierda es el de la Organización, el que estructura la Vida de acuerdo con el Poder que recibe de la derecha.
Esa primera letra del Cántigo expresa el descubrimiento de una realidad para la que se había esta-do ciego hasta entonces, como le ocurriera a Pablo en el camino de Damasco. Las maravillas de la Obra Divina aparecen de pronto con una evidencia que maravilla y sorprende porque uno mismo es el beneficiario de ese Poder, un Poder que no es el de un Dios lejano y externo, sino de nuestro Poder, que nos convierte en seres capaces de hacerlo Todo. Cuando esos cantores dicen: Grandes y Maravillosas son tus Obras están percatándose de algo que viven en su propio ser: son ellos mismos los Grandes y Maravillosos porque han realizado en sí mismos la Obra Creadora que los ha arrancado del poder de la Bestia y los ha situado en el Mar de Fuego y de Cristal, en un mundo en el que el Fuego ya no está aprisionado en un muro de tinieblas sino que resplandece en el exterior, libre y creador. Los que han vivido ese Despertar del Alma saben que el momento va acompañado de un Canto, de un crepitar de todos sus átomos en estado de gloria. Así como en el cine los mo-mentos álgidos son subrayados con un fondo musical, también en el discurrir del alma los coros celestes "bajan" a cantarnos cuando se produce la transmutación.

13.- ¡Justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los Siglos!, siguen diciendo los cantores, y aquí la letra ya refleja una distinta realidad. La primera frase se dirigía al Dios Todopoderoso, ésta se dirige al Rey de los Siglos, al que realiza su Obra en el Tiempo y durante un Tiempo, o sea, a la Fuerza Divina que se expresa por la izquierda.
La revelación del Dios de las Obras no implica la negación del otro, sino la aceptación plena de ambos, uniendo sus fuerzas en una acción conjunta y armoniosa que se expresa como un canto.
Justos y verdaderos son tus Caminos, dice la letra, invitándonos a una profunda meditación. En efecto, para saber que un camino es Justo y Verdadero, es preciso que lo hayamos recorrido y nos hayamos percatado de que conduce a la Justicia y a la Verdad. Tenemos así que esos cantores no han descubierto la Obra Divina como quien se da cuenta de que llueve, sino que han recorrido los Caminos del Rey de los Siglos y han llegado a la evidencia de que conduce a la Justicia y a la Ver-dad.

14.- ¿Qué Caminos son ésos? La Cábala que estamos estudiando podría llamarse precisamente Tratado de los Caminos de Dios. El Árbol, que es un esquema de la Organización Divina, aparece como un múltiple cruce de Caminos, que son sus ramas. En el Árbol Cabalístico aparecen las rutas principales; ya sabemos que hay otras que denominamos Sub-Senderos, al igual que en la tierra física, cuya representación en los mapas recoge las principales rutas, pero no las secundarias.
Esos Caminos y Sub-Caminos deben figurar en nuestra geografía humana, y en esas Obras está trabajando nuestro Rey de los Siglos que, encarnación tras encarnación, va realizando esas obras públicas en nuestra finca privada. Es decir, la Organización Divina, tal como aparece en el Árbol Cabalístico, tiene que ser instalada en nuestro interior. Hemos sido diseñados para que esa instala-ción pueda efectuarse, pero con la particularidad de que los operarios que nos la instalan deben contar con nuestro consentimiento y colaboración o, de lo contrario, no pueden trabajar. Lo mismo ocurre con el empleado del gas, de la luz o del agua, que no puede trabajar si el propietario del piso no le abre la puerta y lo autoriza para ello.
Hay unos Centros y unos Caminos que sí te los instalan tanto si quieres como si no, en virtud de un convenio firmado con el Ego. Estos son los Centros superiores que corresponden a Kether, Hoch-mah y Binah. Para la instalación del resto, hay que contar con el inquilino. Según que esté presente o ausente, los trabajos se llevarán a cabo con mayor o menor celeridad y al gusto de ese propietario del terreno.
Ahora vivimos en un mundo en el que la información vuela y antes de obtener un servicio ya esta-mos perfectamente enterados de los beneficios que nos va reportar. Pero cuando la instalación de la Organización Divina se inició en nosotros, íbamos descubriendo sus ventajas a medida que los trabajos nos permitían recibir los servicios, y así ocurría que el propietario que había solicitado la instalación del Centro llamado Hesed, quedaba tan maravillado con los servicios que ese Centro le proporcionaba que despedía los obreros diciéndoles: No quiero más, ya estoy bien así, y cerraba la puerta de su casa sin escuchar ni siquiera al promotor que pretendía explicarle la ventaja de los nuevos servicios. Muchos son los que viven hoy en día contentos y satisfechos con un Destello de la Verdad, convencidos de estar en posesión de toda ella.

15.- Otros, por el contrario, han preferido comenzar la instalación por los servicios más modestos y han abierto sus puertas a los obreros para que sigan con sus trabajos, hasta donde sea necesario. Cuando no se conocen sus reglamentos, esos operarios de la divinidad desconciertan, porque a lo mejor te dejan una tubería a medio instalar y se van porque ha sonado la hora de su descanso y quizás no vuelvan hasta pasado un año. Mientras tanto, otros obreros llaman a la puerta y te insta-lan otro servicio que también dejan a medio acabar, y así los equipos se suceden y la casa queda en obras, con la correspondiente suciedad y polvo, y encima sin que puedan disfrutar de servicio alguno.
Nuestros estudiantes de Astrología ya saben que son las Nuevas Lunas las que llaman los distintos equipos de obreros al trabajo, y cuando la Luna termina, los operarios se van y vienen otros. Esos trabajos pueden ser acelerados con nuestra actitud. Si nos hacemos amigos de los obreros, si los elogiamos por su trabajo, si admiramos sus cualidades, si los invitamos a vino y compartimos con ellos nuestros Conocimientos, trabajarán más a gusto, con mayor interés y hasta los enseñarán a realizar los Trabajos para que podamos continuarlos cuando ellos no están.
Total, que la instalación de la Organización Divina en nosotros es una obra de siglos, llevada a cabo por ese empresario al que se denomina aquí Rey de los Siglos. Cuando los trabajos han terminado, cuando todo el Orden Divino está interiorizado en nuestra naturaleza, es cuando podemos constatar que todo marcha a la perfección, que somos los depositarios de unos Poderes que funcionan y al ser testigos asombrados de esa sublime mecánica, podemos exclamar ¡Justos y Verdaderos son tus Caminos! Exclamarlo, haciéndolo, poniendo en marcha el mecanismo que conduce a la manifestación de lo Justo y Verdadero.
Entonces, disponiendo de Todo el Poder que Dios expresa por la columna de la Derecha, y llevando impresa la obra del Rey de los Siglos, podemos canalizar el Poder por los Justos y Verdaderos Caminos y convertirnos en creadores de un nuevo universo. Un universo que no crearemos realmente hasta un próximo Día de Manifestación, pero a partir de la 5ª Ronda procederemos ya a sucesivos ensayos generales de esa Gran Obra.

16.- En la canción se recuerda el Temor que la divinidad ha inspirado, y la Gloria del Nombre que, con sólo pronunciarlo, desvanece el Temor. Pronunciarlo con el gesto, a la manera de esos pronun-ciamientos de los militares de ciertos países que, montados en sus caballos, pisotean el orden instituido para imponer el de sus botas. Dar Gloria al Nombre Divino es protagonizar la dinámica de las letras que lo componen, una por una, acentuándolas con fuerza.
¿Quién no te temerá?, dice la canción. Hubo un período en que Dios inspiraba temor. Adam quedó atemorizado después del pecado, lo mismo que Caín. Cuando nos marginamos de la divinidad, el Temor nos advierte que nos encontramos fuera del Camino, fuera de nuestra órbita humana. El Temor es como esas barreras que se encuentran en las curvas peligrosas de las carreteras para proteger a los automovilistas imprudentes. El Temor es un aviso de que nos encontramos en terreno peligroso y de que debemos abandonarlo inmediatamente. Cuando en la vida algo nos inspira temor, huyamos rápidamente de ese escenario, porque el temor nos indica que no es éste el camino a seguir.
En las antiguas Iniciaciones, una de las pruebas a que se sometía el candidato era la del Temor. Entonces no eran pruebas simbólicas, como las que  hoy, sino reales. El candidato se veía obligado a cruzar una selva que se sabía habitada por animales dañinos en una noche sin luna. Hoy esta prueba se limita a simples amenazas verbales y simbólicas. Si el candidato sentía temor, era señal de que no se encontraba aún en condiciones de ser Iniciado a los misterios cósmicos. El Temor es un síntoma evidente de que estamos avanzando por el lado de la Irá divina y el mismo miedo experimentado nos inducirá a buscar el ambiente en el que poder vivir confiados. Cuando en nuestras vidas hay una sola gota de Temor, es señal de que no estamos haciendo lo que deberíamos hacer.

17.- Del otro lado del Temor está la Gloria, el sentirse como pez en el agua, con esa sensación de dominar las cosas, de incidir positivamente en ellas, de manera que la vida se nos entrega sin forcejeos, abriéndonos sus brazos como una mujer enamorada. Esta es la señal de que hemos entrado en la divinidad, de que estamos ejerciendo las prerrogativas divinas que hay en nosotros y, por consiguiente, todo cuanto aparece nuestro entorno humano, es a nuestra imagen y semejanza; es decir, contiene esa gloria que emana de nuestra divinidad interna, y todo es fácil y es grato, resplandeciente, delicado, sutil. Pasar del Temor a la Gloria, he aquí una de las tareas a realizar, y debemos llevarla a cabo punto por punto, en lo pequeño y en lo grande. Dejemos lo que nos inspira temor y entreguémonos a aquello que nos enaltece a nuestros propios ojos, aquello que consideramos digno.
Después de haber pasado del Temor a la Gloria nos encontraremos en condiciones de reconocer la santidad de Dios y la unidad del universo que ha creado; descubriremos el lazo invisible que une todas las cosas y veremos que cualquier atentado a cualquiera de sus partes, es un atentado a nosotros mismos. Los juicios de Dios se habrán manifestado en nosotros y veremos la Creación desde todas sus perspectivas, no pudiendo estar de un lado o de otro porque estaremos en todos; nuestra sensibilidad se habrá extendido a la totalidad del universo y cuando se arranque el cabello de una cabeza entre las miríadas de cabezas de las distintas oleadas de vida, lo sentiremos como si se desprendiera de nuestra propia piel. Esta es la letra de la canción de los que han subido al Mar de Cristal en la hora última, y en esta música bailaremos todos cuando el Reino de Cristo se haya instaurado.

18.- Juan nos refiere a continuación una de las más alucinantes escenas de su Apocalipsis. El cielo se abre y de su entraña aparecen, como en un inmenso escenario, 7 Ángeles portadores de 7 pla-gas. Para ese magno acontecimiento, los Ángeles se han puesto su mejor vestido, de lino puro, brillante, y se han ceñido los pechos con cinturones de oro, a fin de que lo inferior que hay en ellos no pueda subir a la parte superior, que es la que actúa, puesto que lo que van a hacer, lo harán con sus manos y no con sus pies.
A la imagen y semejanza nuestra, puesto que somos reflejo de lo de arriba en todos nuestros ges-tos, los Ángeles tienen un vestido de fiesta y un traje de faenas, y a veces utilizan la cabeza y otras los pies, en particular para tratar con los de abajo. O sea, en su manera de actuar, hay tonos, y no es extraño que para los trabajos sucios, un Ángel se nos presente con "tejano". Aquí, por el contra-rio irán vestidos de gran gala para arrojar las 7 plagas. Esto podría parecer cínico, el vestirse de lujo para exterminar a los de la sociedad de la Bestia, pero como el cinismo se desconoce en los mundos de arriba tendremos que concluir que los Ángeles de las 7 plagas van a realizar algo digno y elevado; algo para lo cual es adecuado lucir las mejores galas.

19.- Ya en escena, salidos del misterioso arcano del cielo, uno de los cuatro vivientes se acerca a los Ángeles para darles 7 copas llenas de la cólera de Dios, el Dios de los Siglos, especifica Juan, o sea, el institutor del Tiempo, ese Binah-Jehová que se manifiesta materialmente en el período actual bajo el aspecto de Saturno, al que los griegos denominaban Kronos, el Dios de Tiempo.
Esas Copas que contenían la cólera eran de oro, subrayando de nuevo Juan que se utiliza el mejor servicio para la gran fiesta de la destrucción, y dándonos así una pista para que comprendamos que todo ese Mal que va a ser perpetrado, lo será en la mejor forma y que el Bien lo contiene. Es del Bien que se desprende ese Mal y, por consiguiente, las plagas no pueden en modo alguno ser un Mal.

20.- Veamos lo que puede revelarnos este pasaje. En primer lugar, observemos que quien entrega las copas a los 7 Ángeles es un Viviente situado en el Trono del Ego. Ya vimos que esos Vivientes representan a los 4 Elementos al servicio del Ego. Se trata pues de una acción individual, de algo que sucede en todos los Egos, y esos hombres que van a ser exterminados, son los que cada uno de nosotros lleva dentro o sea las múltiples Tendencias que no han reconocido aún la Gloria de Dios y que no pueden entonar el Cántigo de los que ya navegan en el Mar de Cristal y de Fuego. Esto no excluye la interpretación sociológica, es decir, el que al final de la 5ª Ronda pueda existir un grupo social que no se ha integrado a las exigencias del nuevo universo y que se vea desengan-chado de los que van en primera línea. Pero Juan nos refiere siempre lo que sucede en cada hom-bre, en su relación personal con su divinidad interna.
Hemos visto en el capítulo anterior como el Vino del Furor de Dios se derramaba de la Copa de la Ira sin mezcla y ya hemos explicado lo que esto significaba. Pero el Bien tiene siempre la última palabra sobre el Mal. En los cuentos de hadas se recoge esa dinámica, y vemos como en el naci-miento de la Princesa, símbolo de la naturaleza espiritual, aparece esa hada Caramona, que no ha sido invitada, y que arroja sobre la criatura su siniestro presagio de muerte. Pero he aquí que una de las hadas presentes no había aún pronunciado sus buenos augurios y es la última en manifes-tarse, pudiendo así corregir y atenuar el mal anunciado.

21.- Esas plagas servidas en copas de oro por unos Ángeles vestidos de gran gala, es el Bien que nuestra maldad ha formado. En el capítulo anterior se nos decía implícitamente que este Bien había sido retirado y que el Vino se había servido sin mezcla. Si esto no da resultado, si al deber el Vino del Furor, esos que viven en la sociedad de la Bestia no salen de estampida y se ponen a cantar, aún le queda la última baza al Ego, la de derramar encima ese Bien que se había puesto aparte para ser utilizado en su momento.
¿Qué es eso del Bien nacido de nuestra maldad? Volvamos a la estructura cósmica para compren-derlo. Vemos que cada uno de los Séfiras contiene una representación completa del Árbol, de modo que los Séfiras de la derecha tienen su sede en los de la izquierda y viceversa. Una mala acción, un proceder erróneo, no produce únicamente maldad, puesto que una parte de Bien se encuentra inseparablemente unida al Mal. Aunque sean los de abajo quienes alimenten energéticamente aún individuo, la estructura del universo hace que, inevitablemente, se produzca un Bien al cometer un mal.
Nos hemos referido a esto alguna vez, a lo largo de la Enseñanza, cuando hablamos de esos fabri-cantes de cañones y de whisky que Bernard Shaw pone en escena en su Comandanta Bárbara y que eran los que alimentaban las cajas del Ejército de Salvación, aparte de nutrir a miles de obre-ros. Si siguiéramos el itinerario de la más infame de las acciones, del más sórdido de los crímenes, veríamos como el Bien surge espontáneamente de ese Mal, y esto es algo tan inevitable como el mojarse cuando llueve. Podemos decir que son las Flores del Mal lo que subsistirá de ese Mal cuando sus propios efectos hayan sido destruidos. Claro que el que pone en marcha la noria del mal, a menudo no consigue más efectos que los malévolos; no está en su voluntad el beneficiar a alguien. Pero cada uno es responsable de sus propias acciones, independientemente de la inten-ción que las ha promovido, y si el que obra bien recoge el subproducto malévolo, la cáscara que ese Bien puede conllevar, el que obra mal también va integrando en la Copa de Oro esa Copa que los Séfiras de la derecha han colocado en los de la izquierda, lo bueno que su Cólera ha suscitado.
Es ese Bien nacido del Mal lo que va a ser derramado sobre esos pueblos internos que todavía no han cantado.

22.- El Templo se llenó de humo, dice Juan, y nadie pudo entrar en él hasta que se hubieron con-sumado las 7 plagas. La Cólera de Dios, cuando se presenta en Copa de Oro, adquiere un aspecto líquido, y al ser derramado sobre el Fuego que pone en circulación la Bestia, produce el Humo y hasta el Templo se llena de él, de modo que la vida divina se paraliza hasta que el efecto de las plagas se ha consumado.

El Templo queda desamparado y el Ego y sus ministros tienen que bajar a la Tierra Humana para salvar a los pueblos rebeldes, como Cristo bajo para abrir en los hombres la puerta del Edén.

Preguntas:
1.- Explica los efectos que producirá la Ira de Dios
2.- Di lo que has comprendido de lo dicho sobre el doble canto, el de Moisés y el del Cordero
3.- Comenta el significado de la letra de ese canto
4.- ¿Qué "horario" siguen los obreros divinos que trabajan en nosotros?
5.- ¿De dónde proceden las 7 plagas que los Ángeles se disponen a derramar?

Kabaleb

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