Apocalipsis, el camino del conocimiento (16)

1.- "Del templo oí una gran voz que decía a los 7 ángeles: Id y derramad las 7 copas de la ira de Dios sobre la tierra. Fue el primero y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa sobre los hombres que tenía la marca de la bestia y que se postraban ante su imagen". (Apocalipsis XVI, 1-2).


2.- Juan Revelador contempla aquí una nueva destrucción ya anunciada y preparada en el capítulo anterior. La primera destrucción, llevada a cabo a tope de trompetas, tenía como escenario nuestro mundo material y se trataba entonces de llevar la conciencia del hombre a la otra orilla, al descubrimiento de los valores de la columna de la derecha y entrar así en el Reino de la Gracia, en el Reino de Cristo. (sigue)


Aquí asistimos a una segunda destrucción, la del Mundo Etérico que ha de tener lugar al final de la 5ª Ronda de este 4º Día. El objetivo de la destrucción sigue siendo el mismo: situar la conciencia del hombre en el Reino, ya que ésa será la Tierra del 6º Día, y en la 6ª Ronda de ese 4º Día se realizará un ensayo general de convivencia Crística. El tránsito del 6º al 7º Día se hará sin destrucciones, porque el 6º y 7º Día son Uno, como Padre Hijo los son. Por consiguiente, tampoco habrá destrucción al pasar de la 6ª a la 7ª Ronda.


3.- Sabemos que el Cuerpo Etérico se desagrega rápidamente después de la muerte del cuerpo físico, porque es un cuerpo de Funciones, que conecta los mundos de arriba con el de abajo. Si al cuerpo inferior desaparece, ya no hay nada que conectar y, por consiguiente, ese Cuerpo Etérico también se desagrega. Por ello hemos dicho alguna vez que el 5º Día de la Creación no tendrá la duración de este 4º; será más breve, como breve esa existencia del Cuerpo Etérico después de la muerte del físico. También la 5ª Ronda tendrá menos duración. Sin embargo, ya sabemos que en cada nuevo Día y en cada nueva Ronda se Recapitulan trabajos correspondientes a los Días-Ronda anteriores, y esas Recapitulaciones no se verán recortadas, de modo que, en su totalidad, tampoco ese 5º Día-Ronda será tan fugaz.


4.- ¿Cuál va a ser el Trabajo específico del 5º Día, cuya anticipación viviremos en la 5ª Ronda? Vamos a verlo:

El Cuerpo Etérico nos conecta los mundos superiores, decíamos. Así el Éter Reflector nos conecta con la 4ª Región del Mundo del Pensamiento, donde se encuentran las fuerzas arquetípicas de la mente, y el Éter Luminoso nos conecta con la 3ª Región de este mismo Mundo, donde se encuentran los arquetipos de los deseos y emociones. No hablemos ya de los Éteres inferiores, porque el Químico habrá desaparecido en la 5ª Ronda y el Vital servirá para la alimentación y permanencia del Cuerpo.

Recibimos pues, a través del Éter Reflector y Luminoso el Pensamiento del Ego y su Deseo, que nosotros transformaremos en realidades materiales, elaborando con esas energías un Cuerpo del Pensamiento y un Cuerpo del Deseo. A medida que esos dos cuerpos van creciendo, adquieren un poder autonómico y son capaces de elaborar por ellos mismos Pensamientos y Deseos, de tal modo que cuando el Ego establece un Arquetipo de Pensamiento o de Deseo, que ha de dar lugar a un Programa concreto, si ese Arquetipo no encaja en la personalidad del Cuerpo del Pensamiento o el Cuerpo de Deseos que hemos ido formando, éstos lo rechazan, y es entonces cuando las energías procedentes de arriba "caen" en el Abismo y forman el cuerpo de las Bestias.

En la dinámica zodiacal, ya hemos explicado cómo el Ego manifiesta su Pensamiento a través de los signos de Fuego. En el ciclo de Agua, el Deseo del Ego se manifiesta en Cáncer, pero ya en Escorpio aparece el Cuerpo de Deseos previamente formado, que exige auto-satisfacciones como condición indispensable para seguir elaborando el Programa recibido de arriba. El Cuerpo del Pensamiento estructurado se manifiesta en los signos de Aire donde Judas vende la espiritualidad por un puñado de dólares. Allí se perpetra definitivamente la Traición y lo más interesante del Designio del Ego son las 30 monedas con las que enriquecer el Pensamiento Humano.


5.- Ya tenemos pues a la Bestia henchida de energías y con la misión de volverlas a introducir en el cuerpo material de los hombres para que lleven acabo el Programa ideado por el Ego, pero con una motivación distinta, puesto que rechazaron la primera tal como se les presentó. ¿Cómo van a reintroducir esas energías, si no es por el mismo conducto que las otras? Los mecanismos de conexión de energías han sido inventados por los de arriba; los de abajo son meros copistas de los modelos creados por los otros.

En nuestra Cosmogonía se dice que los Luciferianos construyeron nuestro sistema cerebro-espinal, pero mejor haríamos diciendo que lo irrigaron, le dieron vida; es decir, empalmaron la corriente de manera que las energías administradas por ellos pudiera circular por nuestro organismo.

Habría mucho que escribir y mucho que meditar sobre la incapacidad del Hombre, tal como fue concebido por la divinidad, de encajar positivamente los impulsos que esta divinidad le mandaba, episodio que Moisés recogió en su Génesis y lo refirió en la escena de la Tentación. El caso es que el mundo de las Bestias se ha visto constantemente engordado desde arriba con los Desperdicios que caían de la mesa del Hombre, imposibilitado de ingerir el abundante alimento divino proporcionado por los Egos. Así pues, en el Mundo Etérico tienen lugar, no sólo las conexiones con el mundo de arriba, sino también la conexión con el mundo de abajo.


6.- La corriente que viene de abajo, como acabamos de decir, no tiene otro objetivo que suministrar al Hombre experiencias que no ha sabido vivir cuando el impulso le venía directamente del Ego. A través de las anécdotas, las vivencias, el hombre comprende lo que antes no comprendió y, una vez comprendido, aquello se integra a su Conciencia, de modo que poco a poco su Cuerpo del Pensamiento y su Cuerpo de Deseos se parecen más a la imagen de sus Egos y, por consiguiente, se encuentran en condiciones de asimilar los impulsos procedentes de arriba y desconectarse de los que proceden de abajo.

Este es el proceso natural que han seguido muchos, pero al llegar a la 5ª Ronda, quedará todavía un remanente incapaz de interiorizar los Programas del Ego y que necesitará aún que se le suministre energías desde abajo. Pero esta anomalía tiene que desaparecer, ya que aunque el tiempo la haya instituido y dado respetabilidad, no deja de ser una anomalía. Lo de abajo no puede integrarse a lo de arriba sino mediante la transformación de energías en actos productores de conciencia. Si esos actos generan nuevos desperdicios y así una y otra vez en una rueda sin fin, ese mundo inferior deberá ser recortado cuando el proceso creativo aborda una nueva fase. O sea, que en el 5º Día -y anticipadamente en la 5ª Ronda- el Ego ejercerá un dominio total sobre sus cuerpos inferiores y serán cortadas las a marras de aquellos que no estén en condiciones de soportar ese dominio. De modo que el trabajo específico en esa 5ª Ronda es:

1º.- Establecer la perfecta unión con el Ego
2º.- Destruir el mundo subterráneo y, obviamente, el vínculo del Cuerpo de del Pensamiento y del Cuerpo de Deseos con ese mundo.
La técnica, en esa primera fase, consiste en producir una enfermedad en los adoradores de la Bes-tia al derramar la primera de las Copas de la Ira.


7.- Ya vimos en el capítulo anterior que las Copas de Oro de la Ira contienen el Bien nacido del Mal; ese Bien que inevitablemente emerge de nuestras malas acciones porque en el universo en que nos movemos ambos ingredientes están mezclados y no pueden ir en uno sin el otro.

Así, si al derramarse la primera Copa de la Ira les aparece a los adoradores de la Bestia una úlcera maligna y perniciosa, podemos concluir que se trata de una manifestación del Bien cuando cae compacto y concentrado sobre el Mal.

En el momento de escribir este texto, esta úlcera maligna y perniciosa es patente en el tejido social. Aparecen nuevas enfermedades, las empresas se agrietan y son tragadas por las bancarrotas, nuevas guerras estallan casi todos los días. La úlcera representa un camino abierto a toda clase de gérmenes patógenos que se adueñan del organismo y lo destruyen. Esto es por lo menos lo que observamos desde las mirillas del Mal: vemos que el tinglado del mal se va a pique, y como ese Mal era lo que nos mantenía en pie, para nosotros, lo que nos entra es patógeno y representa una catástrofe. Pero en realidad esa úlcera, que es maligna para el Mal, es la puerta de entrada de las energías restauradoras en nuestro organismo, para salvarlo, si es que puede ser salvado, o para aniquilarlo en el caso de que lo mejor para nosotros sea hacer borrón y cuenta nueva, volviendo a empezar con una nueva encarnación y un nuevo Programa del Ego.

Ya sabemos que la piel es nuestro envoltorio protector, es algo así como un escudo que repele el ataque del enemigo. Los héroes de la guerra de Troya, recibían de Hephaistos-Vulcano, el forjador divino, los escudos que les permitían salir ilesos del combate. Para el hombre, ese escudo divino es su piel, regida por Hochmah-Urano, que pone en ella todo el Amor que ese Séfira destila por el universo. Siendo la piel la expresión del Amor Divino, esta piel no puede convertirse, por tiempo indefinido, en la guarida del Mal. Es decir, lo que es escudo contra el Mal, no puede ser guardiana y protectora de ese Mal convertido en institución. Lo será durante un tiempo más o menos largo, pero si el Mal persiste y se acrecienta, potencia y da vigor a la otra polaridad, que es la del Bien, hasta que la Copa de ese Bien se derrama y cae sobre esa piel abriendo una brecha en sus defensas, y aparece la úlcera, o la quemadura, que dará al individuo la oportunidad de que le nazca una piel nueva. Si esa quemadura es muy grave, y si se hay identificado tanto con el Mal que éste no puede ser desarraigado más que desarraigando la propia vida, le sobreviene al individuo la muerte que le permitirá volver a empezar.


8.- Así pues, es el propio mal el que pone en marcha el mecanismo que ha de destruirlo. El Bien es como un líquido que va derramándose constantemente de una misteriosa Copa que tenemos que beber. Si la bebemos, vamos convirtiéndonos en ese Bien y todo transcurre en nuestras vidas por caminos naturales. Si no la bebemos, llega un momento en que esa Copa se derrama y el Bien penetra en nosotros a la fuerza violando las murallas del Mal y haciendo que se manifieste a nuestros ojos en su aspecto catastrófico. El Amor toma la apariencia de la Ira y en lugar de ser la fuerza que nos protege y nos salva, es la que nos destruye.

Cuando la enfermedad aparece en nuestro organismo, cuando nuestra piel se ulcera, digámonos bien que la Bondad Divina se está manifestando en nosotros bajo su forma Atroz porque le habíamos cerrado las puertas que debían permitirle penetrarnos por los conductos naturales. Es decir, la enfermedad no es algo que nos envía Dios para castigarnos, sino el resultado de la mala utilización de las fuerzas que el Ego pone a nuestra disposición. De esta manera puede explicarse el que muchos hombres que viven cerca de la divinidad sean los más tocados por las enfermedades. Ya hemos estudiado esta cuestión desde otras perspectivas. Desde el punto en que la miramos ahora, diremos que el hombre cuya voluntad se identifica con Hochmah, recibe del Séfira del Amor sus energías a chorro, en lugar de caerle gota agota y, por consiguiente, se ve obligado a ser el forjador de las armas del Amor para sus compañeros de vida, el que distribuye ese chorro a diestro y siniestro sin parar. Si, habiendo aspirado a ser el gran distribuidor del Amor, se planta y no lo distribuye, ese Amor empieza a chorrearle por todas partes, destruyendo el Mal que todavía le queda encima.

La enfermedad es pues la señal del Amor; es la señal de que un Ángel vestido de lino puro derrama sobre nosotros su Copa de Oro. Si cuando la enfermedad aparece nos desidentificamos de ella; si nos ponemos del otro lado y sabemos agradecer a nuestro Ego la prueba de Amor que nos manda, nuestra naturaleza humana se verá restablecida y el mal desaparecerá. Por el contrario, sino comprendemos la señal, si persistimos en ser lo que somos, con todas nuestras inclinaciones, sentimientos y pensamientos, el restablecernos puede significar la destrucción de la totalidad de nuestro cuerpo.


9.- "El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de muerto, y murió todo ser viviente en el mar. El tercero derramó su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las aguas y se convirtieron en sangre. Y oí el ángel de las aguas que decía: Justo eres tú, el que es, el que era, el Santo, porque así has juzgado pues que derramaban la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado a beber sangre; bien se lo merecen. Y oí al altar que decía: "Si, Señor, Dios todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios" (Apocalipsis XVI, 3-7).

Ya vimos, en una lección anterior, que el mar, los ríos y las fuentes, regidos respectivamente por Piscis, Escorpio y Cáncer, representan el reino de los Sentimientos. En el curso de la vida, uno de los grandes Trabajos Humanos, consiste precisamente en transformar el Agua en Sangre. En efec-to, el Agua es la materia prima de las Emociones, el potencial con el que poner en marcha nuestros Sentimientos. La Sangre es la Obra realizada con dicho potencial, puesto que la sangre contiene la quintaesencia de lo vivido gracias a las Emociones-Agua. El Agua es pues la materia prima con la que se elabora la sangre; es como la cinta virgen de una cassette, mientras que la Sangre represen-ta la misma cinta ya grabada. En las lecciones de Astrología ya hemos estudiado con bastante detalle el proceso de esta grabación. Así, hemos podido ver que de la Fuente-Cáncer manan las Aguas Puras; en los Ríos-Escorpio nuestros sentimientos adquieren fuerza y poder, y en el Mar-Piscis los derramamos sobre los demás, con lo cual nos quedamos sin Agua, pero en cambio recibimos Sangre es decir, Historia Interna, portadora de Conocimiento y de Conciencia.

En este punto de la Enseñanza se nos dice que al derramarse la Copa, las aguas de las fuentes y de los ríos se convierten en sangre, muriendo los seres vivientes en el mar, donde la sangre era como de muerto. Nos encontramos pues ante la aceleración de un proceso natural, consiguiéndose, en un momento, lo que normalmente sólo se lograría en años o en siglos de existencia.


10.- Al derramarse la primera Copa, vimos que el tejido del cuerpo de los adoradores de la Bestia se agrietaba para dejar paso a las fuerzas restauradoras. Era ésta la Copa del Bien nacido de las malas acciones. La segunda y tercera Copa son las del Bien generado por los malos sentimientos; un bien que se cobra por anticipado, porque nos encontramos ante la liquidación de un mundo y los Ángeles vacían sus archivos y cambian de negocio.

Ya en las últimas lecciones de Evangelios, al hablar del tránsito de Jesús por Getsemaní, nos referimos a la lenta elaboración de la personalidad emotiva y a sus múltiples ramificaciones. En efecto, cuando un Deseo sale de nosotros en dirección a nuestro prójimo, sea este deseo de naturaleza bondadosa o maligna, se introduce en el Cuerpo de Deseos de la persona a la que va destinado como una Semilla. Si el Deseo-Sentimiento es repetido con insistencia, y si la Tierra Humana a la que va destinado es una Buena Tierra y no es la Tierra Dura de la parábola del Sembrador, la semilla arraiga, y cuanto mayor sea el poder del Deseo, mayor será el espacio en el que se implantará esa semilla, formando todo un campo de cultivo, en el que aparecerá, en su día, el brote, después la flor y luego el fruto, portador de semillas. ¿Qué hará entonces con esas semillas la persona en la cual nosotros hemos plantado nuestros deseos? Él será responsable de lo que pueda hacer con ese potencial, pero nosotros tendremos parte en el negocio, tanto en el Mal que pueda perpetrarse con esa segunda generación de nuestro potencial emotivo, como en el Bien que pueda surgir. Pero puede pasar mucho tiempo, hasta encarnaciones, entre la emisión de nuestro Deseo y la recolección de todas las emociones que ha suscitado, en nuestra sangre. Los Ángeles del Destino son quienes llevan las cuentas de esa actividad y los que van colocando en nuestra sangre los impactos emotivos que hemos producido al amar, desear u odiar alguien, así como los deseos y efervescencia emotiva que hemos suscitado en la sociedad anónima que nos rodea, queriendo o sin querer.

Lo que se derrama en la 2ª y 3ª Copa, es lo positivo que ha resultado del ejercicio de nuestra emotividad negativa.


11.- El segundo derramó su Copa y el mar se convirtió en sangre como de muerto, dice Juan, y todo ser viviente que estaba en el mar murió.

¿Cómo es la sangre de muerto? Nuestra Cosmogonía nos dice que en el momento de la muerte, la Sangre inscribe las imágenes que contiene en el átomo-germen del Cuerpo de Deseos y se convierte después en un tejido oscuro, inerte. Cuando nuestro mar interno muere, se terminan nuestras apetencias, nuestros deseos por lo exterior. Así pues, cuando la Copa de Oro conteniendo la Ira, o sea, el Bien elaborado con nuestros deseos torcidos, se derrama sobre esas naturalezas en perdición, mueren las apetencias, los deseos de conquista del mundo, y se produce ese Retorno de las imágenes hacia arriba, reviviendo en un instante todo nuestro pasado, al igual que el hombre que se ahoga ve su como en un relámpago toda su vida.

El deseo debe morir al mundo físico para renacer en el mundo de arriba. Si esa reinversión no se produce de una manera natural, al final del tiempo, antes de la entrada en la 6ª Ronda, el Ángel derramará esa Copa del Bien nacido del Mal, puesto que no puede quedar una cuenta pendiente en el mundo de arriba al término de una etapa.

El Bien mata el Mal; no hay arma más terrible para la maldad, que la Bondad derramada desde una Copa de Oro, y esa dinámica es activa en todos los niveles de las relaciones humanas. Si queréis que la maldad desaparezca de las entrañas de un individuo, derramad sobre él la Copa interna de los buenos sentimientos, rogad a su favor, imaginadlo cumpliendo obras de bondad y no de destrucción, y veréis como, poco a poco, todo ser viviente en su furioso mar interno irá desapareciendo, y un día, ese mar será como la sangre de muerto, se habrán evaporado sus aguas y los deseos ya no irán hacia el exterior, sino hacia su mundo, ese mundo de los Deseos, en el que se desarrollará la vida en la 6ª Ronda y en el 6º Día. Ya en el capítulo 8 aparecía esta muerte de los Deseos, correspondiendo entonces a los Trabajos de anticipación del 6º Día en esta 4ª Ronda. En la 5ª Ronda tendrán de nuevo lugar estos Trabajos antes de penetrar en el Reino de Cristo, que es el del 6ª Día. La Revelación de Juan nos describe el itinerario que el hombre ha de seguir para alcanzar ese Paraíso del 6º Día.


12.- Muerto el Mar, ya no tiene objeto el que manen las fuentes y circulen los ríos. Si la función exteriorizadora desaparece, ¿de qué va servir el potencial? Ríos y fuentes se convierten en sangre; es decir, se anticipan en su proceso natural y la semilla se convierte en fruto, por así decirlo. En efecto, ya vimos en los puntos anteriores que el Agua-Sentimientos, al pasar por nuestro molino interno, se convierte en Sangre-Vivencias, cuando esos Sentimientos han sido arrojados al mundo y convertidos en Actos. Pero ese proceso, que es el natural en nuestro actual estado evolutivo, se recorta en el hombre evolucionado, el cual no necesita convertir los Sentimientos o los Pensamientos en anécdotas para darse cuenta de la lección que comportan, sino que es capaz de asimilar las experiencias internamente, sin recurrir a esa compañía de actores que nos acompañan en nuestra vida para escenificar la Obra que representamos. Cuando esa asimilación se hace sin necesidad de exteriorización, se dice que nuestros ríos y fuentes se convierten en sangre. O sea, el mismo potencial produce las evidencias que nuestra alma necesita para llevarle al Ego la información que éste había bajado a buscar. La Copa derramada por el 3er Ángel conlleva esa función anticipadora, de modo que los de la Bestia se verán considerablemente asistidos, al final de la 5ª Ronda, para que puedan integrarse al grupo de los 144.000 que cantan, que han convertido su existencia en un transcurrir melodioso, en la que cada gesto es una nota que potencia y magnífica la nota del que canta a distinto tono, puesto que en el concierto de la humanidad solidaria y unitaria, hay bajos, contraltos, tiples, tenores, barítonos, divos y muchas otras voces que irán apareciendo a medida que vayan incorporándose a la Obra nuevos Artistas que aporten su vibración personal a la sinfonía del universo.


13.- El Ángel de las Aguas hace oír su voz para celebrar la justicia de la dinámica divina. Puesto que derramara la sangre de los santos y de los profetas, dice, pues que se la beban ahora. Y el Ángel se maravilla de cuan verdaderos y justos son los juicios del Dios Todopoderoso.

Si meditamos sobre la mecánica del perdón de los errores, no podemos menos que maravillarnos. En efecto, ya vimos en las lecciones de Evangelios al hablar de la Pasión de Cristo, cómo Jesús vinculaba a su Enseñanza aquellos que no habían podido asimilarla en las sinagogas, a orillas del mar o en la Montaña, gracias a los malos tratos, a la burla y al odio. Finalmente murió violentamente y así el contenido de su sangre pudo caer sobre la tierra y purificarla. Nada beneficia tanto a un malvado como matar a un santo, porque de esta forma se vincula a la naturaleza del santo y algún día se verá obligado a beber su sangre, o sea, a interiorizar las vivencias que esa Sangre contenía. Los cínicos podrían sacar de todo esto una norma moral que dijera: Cuándo veas a un hombre muy avanzado en el camino de la evolución, si no puedes comprender su Enseñanza, mátalo, y de esta forma, un día u otro su saber penetrará dentro de ti, servido en la Copa de Oro de la Ira.

La sangre de los santos y de los profetas contiene propiedades redentoras, y por ello su muerte violenta beneficia toda la sociedad. Es por esto que el martirio sería considerado como la coronación suprema de una vida, porque de esta forma se ofrece al mundo el propio historial y, si es un historial de pureza, esa sangre inocente es como un bálsamo para toda la humanidad. Por idénticas razones deberíamos suprimir la pena de muerte, porque, siendo sus beneficiarios, por lo general, almas negras y nauseabundos, su sangre vertida arroja un montón de basura sobre la sociedad, y los que vierten esa Sangre llena de contenidos corruptos, también tendrán que bebérsela algún día y envenenarse con ella.


14.- Esta secuencia, como todas las demás, tiene igualmente una interpretación intimista. En nuestros pueblos internos se encuentran hombres santos, profetas, reyes, tiranos, pastorcillos y criminales. De todo hay en nuestra viña y en nuestra Historia Interna, bien raro será que no hayamos dado muerte al santo y al profeta de dentro. Es decir, muchas veces sacrificamos al hombre sabio y prudente que desde dentro nos dice: No hagas esto, no hagas aquello. Y también hemos matado al que nos dice: Ya verás lo que te va a ocurrir si  sigues así.

Esas tendencias internas que el Rey de nuestro Yo mundano manda ajusticiar, dejan en nuestro interior su sangre, su esencia, y un día entrará por nuestra boca y anegará nuestro corazón. Todo aquello que hemos silenciado autoritariamente, pero que alguna vez ha podido hablar, se presentará de nuevo al final del tiempo para salvarnos. Toda la organización cósmica está pensada para llevar a buen puerto a los Espíritus Virginales del 1er Día. Si una voz justa se ha dejado oír en nosotros, un día esa voz volverá una y otra vez hasta que ya no estemos en condiciones de reprimirla. Entonces esa voz se impondrá en nuestra vida y nos salvará.


15.- "El cuarto de derramó su copa sobre el Sol, y fuele dado abrasar a los hombres con el fuego. Eran abrasados los hombres con grandes ardores y blasfemaban el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas; pero no se arrepintieron para darle gloria. (Apocalipsis XVI, 8-9).

En el canto 42/16 del Eclesiástico, se dice: "El Sol, al iluminarse, contempla todas las cosas y su obra está llena de la gloria de Dios". En el canto 43/2-5: "El Sol, al aparecer, irradia su calor anunciando su salida; objeto admirable, obra del Altísimo. Al mediodía abrasa la tierra y, ¿quién puede resistir sus ardores? Se atiza el horno para producir obras. Tres veces más abrasa el Sol los montes, exhalando vapores ardientes y con rayos brillantes deslumbra los ojos. Grande es el Señor que lo hizo, pues con su palabra regula su curso".

Ese Sol que regula el curso de las cosas, ya sabemos que es nuestra Voluntad Creadora, la cual regula, con su manifestación, el proceso de nuestra actividad. Cuando el Sol abrasa la Tierra es al mediodía y nuestros estudiantes de Astrología ya saben que al mediodía los signos de Agua comienzan a entrar en funciones y están en el mando hasta la puesta del Sol.

Al mediodía, dice el poeta, se atiza el horno para producir obras, y las obras permiten regular la intensidad del Sol, ya que, al producirlas, nos descargamos de los rayos que queman nuestras espaldas. Tres veces más el Sol abrasa los montes, que exhalan vapores ardientes. Ya sabemos que los Montes son los Iniciados, los que han llegado a una mayor altura en el camino evolutivo. En ellos la Voluntad Creadora se encuentra mucho más activada y producen Vapores Ardientes, o sea, Obras que calientan las estructuras del universo y permiten a ciertos hombres salir de su frialdad metálica y encontrar la vía de transformación alquímica.


16.- Todos los años en nuestras playas encontramos bañistas que deben ser asistidos por el médico porque el Sol ha abrasado su piel. Escenifican así lo que ocurre cuando lo único que hacemos con la Voluntad Creadora, en la playa que Dios derrama su Gloria, es tendernos en la playa y dormir o aletarganos. En ese letargo encontraríamos la muerte, si los que trabajan del lado de la Ira no se llevasen ese calor que pesa sobre nuestras espaldas y lo acondicionaran en el Abismo, para irlo sacando poco a poco, infundiéndolo aquí y allá, en aquellos que producen Obras.

Es decir, todos los días, del alba al mediodía, el Sol irradia calor para que podamos expresar la Gloria de Dios. Pero en lugar de utilizar esa Fuerza sacamos al bañistas que hay en nosotros y lo tendremos en la playa, desperdiciando Voluntad-Sol. O, peor aún, nos vamos a trabajar para producir algo que, mediante una astuta estrategia de ventas, un ejecutivo diplomado intentará vendernos como algo que no solamente es útil, sino que es un elemento esencial para la constitución de nuestra felicidad. Así unos producen, otros forman al ejecutivo, otros le dan argumentos convincentes, y todo lo que ha conseguido la Voluntad Creadora en su despliegue, ha sido comerse el propio producto, entrando en un ciclo rutinario que no precisa de una nueva carga de Voluntad. Luego, cuando al mediodía el Sol abrasa la Tierra Humana, el hombre se pone en movimiento, pero son ya los sentimientos los que utilizan la fuerza solar, y mientras el Agua de los Sentimientos no haya aprendido a colaborar con el Fuego Primordial, las cosas se hacen al revés y la Voluntad-Sol no hace más que cargar la Copa de la Ira.

A llegar la hora de la liquidación de ese universo Etérico, quedarán en los depósitos del Abismo enormes cantidades de Voluntad-Sol que no han sido utilizadas, o que lo fueron por terceras personas, cuyos resortes internos fueron cargados con las energías que nosotros dejamos sin utilizar, dándoles un alimento que no estaba destinado a ellos. Ese Sol-Voluntad será derramado a chorro porque el universo tiene que vaciar su saco al modificar su estructura.

Juan no nos dice en este punto que entre los que reciben el Sol Abrasador haya agentes que se salven. En realidad, los que no han comprendido, a lo largo de toda su historia, los mecanismos del universo, es difícil que lo comprendan de golpe, sin ayuda. El "surplus" de Voluntad que perciben lo utilizan para blasfemar contra la organización cósmica, lamentándose de su mala suerte, sin ver la relación entre la catástrofe y su propia dinámica. Aquello le sucede al mundo, no a ellos, y su única culpa es al estar en el mundo, se dicen, y reniegan de la madre que los puso en él.


17.- "El quinto derramó su copa sobre el trono de la Bestia y su reino se cubrió de tinieblas, y de dolor se mordían las lenguas, y blasfemaban del Dios del cielo a causa de sus penas y de sus úlceras, pero de sus obras no se arrepentían. (Apocalipsis XVI, 10-11).

Vemos en esta secuencia como la Ira destruye el mismo Trono de la Ira. Ya sabemos que el Mal se auto destruye porque la fuerza de Repulsión lo destroza, y sólo puede persistir mediante la constan-te renovación que efectúan los hombres con sus actos perversos. La Bestia administra el polvo de maldad, la papilla que resulta del destrozo del Mal y que pasa a engrosar la fuerza energética Deperdiciada. Sin embargo, no son los mismos obreros los que trabajan en la energía pura desperdiciada, que los que operan en los materiales procedentes del derribo del Mal. En efecto, los átomos que forman esas energías en las que ha actuado la fuerza de Repulsión, han trabajado ya en empresas perversas y conservan la "memoria" de sus actuaciones. Esas energías sólo podrán ser utilizadas para promover determinadas empresas en afinidad con su naturaleza. Por ello el Trono de la Bestia constituye una organización compleja y variada.

Aquí se utiliza el licor recogido en las Copas de Oro, o sea, en los Sefirot de la Derecha presentes en Gueburah, ya que en los bajos fondos de ese Séfira se encuentra el Trono de la Bestia. La quinta copa es la de Gueburah, siendo la 1ª de Yesod, la 2ª y 3ª de Hod y Netzah, la 4ª de Tiphereth. Quedan todavía dos Copas que corresponden a Hesed y Binah, en sus actuaciones en la esfera Etérica.


18.- ¿Qué es lo que recogen las Copas de Oro en Gueburah y que pueden luego arrojar sobre el Trono de la Bestia? Ya nos hemos referido algunas veces a la colaboración existente entre el mundo de arriba y el de abajo. En los textos cabalísticos vemos a menudo como los Ángeles clasifican las plegarias que reciben y mandan al Trono del Eterno aquellas que Dios puede satisfacer, mientras que echan a los perros aquellas a las que sólo ellos pueden dar curso. La misma colaboración existe en sentido contrario y así lo vemos en la historia de Job y de Fausto, en la que los clientes de Lucifer, después de ser tentados, son conducidos a las esferas superiores. El objetivo de los de abajo no difiere del perseguido por los de arriba. Lo único que varias son los métodos. Se procede al revés, se utiliza la Ira y el Furor, pero el Diablo no persigue la destrucción de las almas, sino su incorporación al engranaje del universo.

Resulta así que la Divinidad llena sus Copas con el trabajo de la Bestia y todo ese Bien conseguido gracias a la inversión de valores sirve, en su momento, para dejar a oscuras el Trono del Mal. Al derramarse esa Copa se produce el apaga y vámonos y los que se iluminaban con la luz del abismo se quedan mordiéndose la lengua, que es una forma de decir que su lenguaje deja de ser coherente, que el discurso no les sale: el discurso vital, claro está, el que se expresa mediante actos. Esos actos aparecen entrecortados, no encajan entre sí, porque en la fuerza que los alimentaba se ha producido el gran apagón. Los de la Bestia ya no podrán enchufar su corriente en el Cuerpo Etérico de sus clientes. Sin embargo esos clientes seguirán sin ver la relación entre lo que les ocurre y la dinámica de sus vidas. Se dirán que son cosas que pasan. Quizás un atentado a la central eléctrica.


19.- "El sexto derramó su copa sobre el gran río Éufrates y secóse su agua, de suerte que quedó expedito el camino a los reyes del naciente del Sol. Y vi que de la boca del Dragón y de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta salían tres espíritus inmundos, como ranas, que son los espíritus de los demonios que hacen prodigios, que se dirigen hacia los reyes de la tierra para juntarlos en la batalla del día grande del Dios Todopoderoso. He aquí que vengo como ladrón; bienaventurado el que vela y guarda sus vestidos para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas. Y los juntó en el sitio que en hebreo se llama Harmagedón" (Apocalipsis XVI 12-16).

El gran río Éufrates era citado ya en el capítulo 9 y comentamos entonces como son los ríos, en la tierra, los que separan las regiones y los países estableciéndose fronteras con sus cursos y recibiendo las comarcas el nombre del río que las fecunda y da vida. El contenido de la sexta Copa es lo que Hesed ha recogido de la columna de la Ira, o sea, los poderes que cada hombre obtiene con las experiencias vividas gracias a las energías que le inoculan los de abajo.

Hesed es el Séfira que rige las Aguas, por ser el Yod del Mundo de Creación, pero al mismo tiempo es la Tierra Divina, por ser el 2º He del Mundo de Emanaciones. Hesed tiene así dos Rostros. Por el primero es el Paraíso; por el 2º, es el que separa del Paraíso, el que lo circunda mediante un río de Agua, manteniendo al hombre fuera de él. La humanidad ha vivido en ese 2º Rostro de Hesed, al margen del Edén y contemplando esta Tierra Divina como un ideal a conquistar.

Aquí vemos que las aguas del gran río Éufrates se secan, lo cual viene significar que las funciones divisorias de Hesed cesan, su 2º Rostro se cae, y los Reyes del naciente Sol, o sea, los de Oriente, pueden por fin entrar en el reino mágico de su primer Rostro.


20.- ¿Quiénes son los Reyes de Oriente o del Naciente Sol? El sol nace en el Este, allí donde se sitúa el mítico signo del Cordero, en esa puerta de Aries por la que el cielo transfiere sus poderes a la tierra. Esos Reyes de Oriente son pues los impulsos sublimes, nacidos de nuestra maldad y que en un momento dado han llegado a reinar en nosotros. En las novelas y en las películas hemos visto muchas veces como héroes impulsados por el mal, realizan de pronto un gesto sublime que los regenera. Esos Reyes del Sol Naciente aparecen y desaparecen en nosotros, porque al impulsar nuestra naturaleza hacia la espiritualidad, se encuentran con que el gran río Éufrates les impide entrar en ella. Se detienen en esa línea divisoria que nos mantiene de este lado de acá de las Emociones, en los dominios de los Reyes de la Tierra, que dan muerte sin piedad a esos Reyes del Sol Naciente que habían establecido su imperio en sus tierras. Pero ese reinado efímero es recogido en la Copa de Oro que Hesed guarda, para ser soltado su contenido en esa hora final.

Ese poder ejercido furtivamente, por así decirlo, burlando la vigilancia del Rey de la Tierra, es el que rige nuestra personalidad profana nos es restituido al final de cada etapa y al derramarse sobre nosotros en bloque, seca las aguas de nuestro Éufrates interno, o sea, de ese círculo que formaban las Emociones, impidiéndonos superarlas. Todos vivimos aún prisioneros de nuestras emociones y, para los avanzados, para los que aspiran ardientemente una vida superior, las Emociones, los Sentimientos, siguen siendo ese gran río Éufrates que les impide ganar la otra orilla. Se piensa en lo que tenemos que dejar para trasladarnos al Edén, los amigos, las costumbres, la ciudad, la familia, y finalmente nos quedamos allí donde estamos.


21.- Aquí las aguas se secan gracias a la acumulación de poderes sobre esos Reyes de Oriente y lo sentimental deja de tener importancia. Pero en nosotros están aún los Reyes de la Tierra, que son movilizados por las Ranas que salen de las bocas del Dragón, la Bestia y el falso profeta. Las ranas viven en los charcos de aguas putrefactas, y por ello reciben el nombre de Ranas los Luciferianos que potencian nuestros sucios deseos. Las ranas suelen organizar sus conciertos al anochecer, anunciando su hora de gloria. Nuestros deseos hediondos también cantan en nuestra naturaleza al anochecer. La sexta Copa moviliza igualmente esos poderes que hemos ejercido en el pasado y que han hecho que toda nuestra estrategia girara en torno a la satisfacción de las sucias pasiones. Por ello las Ranas saltan al vaciar la Copa, emanando de las energías primordiales sepultadas en nuestro Abismo, de los poderes emotivos igualmente sepultados y del falso profeta que llevamos dentro, ése que hace previsiones en nuestro fuero interno y nos dice, cuando nuestra naturaleza se dispone a pasar a la otra orilla: "Oye, ¿no sería mejor que permanecieras en el mundo de los hombres? No sabes lo sólo que te vas a sentir del otro lado. No tendrás a nadie que te arrulle, que te acaricie, te bese. En esta cima a la que vas, sólo encontrarás a seres de otra dimensión, que te tratarán paternalmente y por encima de su hombro. Allí serás siempre el botones, el aprendiz. Quédate cuando aún puedes". Así habla en nosotros el falso profeta, creando en el discípulo el sentimiento de que ya hace mucho pronunciando discursos, escribiendo bellas pláticas que suscitan admiración. En nuestra escalada siempre encontramos la estancia correspondiente a Tauro y en ella el falso profeta que nos dice: Ya has llegado, detente.

Todo esto ha de sucedernos; nos sucede una y otra vez a pequeña escala, y seguimos las inducciones del falso profeta y nos detenemos en la puerta del Edén, compaginando nuestras obligaciones sociales con la espiritualidad. Primero es la obligación que la devoción, dice un precepto. Y es verdad por un tiempo, no eternamente. Pero el falso profeta nos convence fácilmente de que esto tiene un valor eterno. Entonces los Reyes del Naciente Sol detienen su marcha, se tienden al borde del camino y esperan a que los Reyes de la Tierra bajen la guardia.

Unos y otros tienen que enfrentarse un día en la batalla del Día Grande del Dios Todopoderoso. Ese Día será cuando la fuerza Crística se presente inesperadamente, a la manera de un ladrón, que recibe aviso de su mente de que allí hay un tesoro abandonado. El tesoro que se lleva el ladrón es como el que se lleva Cristo, el cual también es avisado misteriosamente de que allí, en aquella psi-que humana, hay un Tesoro que le pertenece. Entonces se presenta y ojalá nos encuentre vestidos, en disposición de seguirle.

Nos dice Juan en este punto que los Rana juntaron a los Reyes de la Tierra en la montaña del desastre, en Harmagedón, que es la montaña en la que tuvieron lugar las grandes catástrofes y se convirtió en símbolo de destrucción. Es decir, las Ranas provocan el desastre de los Reyes de la Tierra, lo cual significa, implícitamente, que los Reyes de Oriente atraviesan el Éufrates seco sin complicaciones.


22.- "El séptimo derramó su Copa en el aire, y salió del templo una gran voz, que procedía del trono de Dios, diciendo: Hecho está. Y hubo relámpagos y voces, y un gran terremoto, cual no hubo desde que existen los hombres sobre el haz de la tierra. La gran ciudad se hizo tres partes, y hundiéronse las ciudades de las naciones, y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor y su cólera. Huyeron todas las islas y las montañas desaparecieron. Una granizada grande, como de un talento, cayó del cielo sobre los hombres y blasfemaron los hombres contra Dios por la plaga de granizo, porque era grande en extremo su plaga". (Apocalipsis XVI 17-21).

La 5ª Ronda, anticipación de los Trabajos del 5º Día ha llegado a su fin, con parecida a la de los Trabajos de esa 4ª Ronda correspondientes a la anticipación de lo que han de ser en la 5ª y que Juan relato en su capítulo 11. Una voz que procede de Binah, Séfira que rige el elemento Aire, anuncia: ¡Hecho está! Es una voz que suena para todos, en nuestra naturaleza interna. Es el aviso de que el universo entra en una nueva fase, con una nueva dinámica y, por consiguiente, debemos accionar nuestro cambio de marchas para acomodarnos a las nuevas exigencias del recorrido. Pero los hay que se han vuelto sordos, enfermedad típica de Binah, que grita fuerte al anunciar aquello que sus clientes no entienden a la primera. Sus gritos quedan inscritos en el marco de nuestras vidas: son las catástrofes, los fracasos, los accidentes, las enfermedades. Cuando conmueve nuestra naturaleza, deberíamos decirnos que Binah nos está gritando: ¡No hagas esto! ¡No hagas aquello! Pero el cliente se hace el sordo y acaba siéndolo realmente. De ahí que cuando Binah le advierte a grito pelado ¡Esto se ha terminado!, él no lo entienda, y vienen los relámpagos, los truenos, los terremotos, y la ciudadela psíquica en la que no se ha producido la Unidad, cae dividida en tres partes.

Se citan aquí tres ciudades, la Gran Ciudad, las Ciudades de las naciones y la Gran Babilonia. La Gran Ciudad es la que construimos en nuestra psique por aglomeración, pero sin que las distintas partes se integren y formen un todo homogéneo. Así son nuestras grandes ciudades actuales, a la imagen y semejanza de nuestro mundo interno. Hay barrios ricos, barrios pobres, calles de espec-táculos, de prostitución, centros comerciales, y las gentes que se codean, se frotan en las aglome-raciones, sin que sus interferencias lleguen a más, como si vivieran en realidad separadas por miles de kilómetros.

La ciudad de las naciones es la formada por ciertas afinidades que se unen para rechazar con ma-yor fuerza todo lo demás. En nuestra psique encontramos tendencias que se sostienen las unas a las otras. El vicio de la caza, por ejemplo, favorece el gusto por las comidas fuertes; el alcohol favorece la sexualidad. La ciudad de las naciones une para excluir.

Babilonia es la ciudad corrupta. Es la ciudad en la que la confusión ha llegado a sus extremos lími-tes, y las virtudes aparecen como defectos, como estrecheces impropias de la época, mientras que los defectos son proclamados virtudes por los sabios de la ciudad. Todo ello conduce al trono de nuestra psique al Tirano, llamado por nuestras fuerzas internas postergadas para que ponga orden en la ciudad.

En la confusa Babilonia todo se viene abajo al derramarse la 7ª Copa, la que contiene el Orden de Binah incorporado en nuestro inconsciente, por así decirlo, a lo largo de las vidas. El Orden percibi-do pero no instaurado en nosotros, cae sobre el desorden como una avalancha y los destroza.

Así pues, los problemas de la 4ª Ronda serán recibidos en la 5ª y aunque aquí no se nos dice que haya gentes que se salven, es de suponer que a cada catástrofe, parte de los afectados reacciona-rá positivamente y se integrará al grupo de los que cantan.

Preguntas:

1.- ¿Cuál es el Trabajo específico de la 5ª Ronda?
2.- Explica el objetivo perseguido al derramarse la primera Copa de Oro de la Ira
3.- Explica los efectos que producen en nuestra naturaleza el derrame de la Segunda y Tercera Copa.
4.- Explica los efectos que producen las cuarta y quinta Copas y di porqué.
5.- Lo mismo, en lo que se refiere a la sexta y séptima Copas.

Kabaleb

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